La pensión se define como un pago monetario a una persona que se encuentra en una situación en la que, gracias a normas y criterios creados por el Estado, tiene derecho a recibir una cantidad de dinero, con carácter temporal o vitalicia dependiendo del caso. Puede ser pagado a través de entidades públicas o privadas.
Factores que influyen en el cobro de pensiones
Hay riesgos relacionados con el trabajo como son el desempleo, la invalidez o los accidentes de trabajos que dan derecho a una persona a cobrar una pensión. También hay diferentes causas como son la jubilación, los accidentes de tráfico, viudez o errores médicos, las cuales provocan la obtención del derecho a cobrar una pensión.
Debido a este tipo de factores se puede hacer una división en dos tipos de pensión, las contributivas y las no contributivas. En las primeras, el trabajador ha aportado durante su vida laboral, mediante impuestos, una cantidad de dinero que le otorga a cobrar una pensión vitalicia una vez que se jubile. Cuando se habla de pensión no contributiva, el trabajador no aporta dinero para beneficiarse de manera directa ya que es el Estado el que crea un sistema de protección para situaciones tales como son la viudedad o la orfandad.
Comparativa de los sistemas de pensiones públicos y privados
Los sistemas públicos de pensiones son creados por el Estado para proteger a sus ciudadanos basándose en valores básicos como son la universalidad o el reparto justo. Este sistema engloba tanto las pensiones contributivas como las no contributivas.
Los sistemas privados de pensiones se crearon fundamentalmente como forma de ahorro económico por parte de las empresas. Es uno de los objetivos de algunos partidos políticos, que ven en este sistema una mayor eficiencia y ahorro de dinero público, que se podría destinar a otros fines más beneficiosos.
Evolución del fondo de reserva de la Seguridad Social