La densidad de población es el número de promedio de habitantes por superficie en un territorio determinado.
La densidad poblacional o relativa debe diferenciarse de la absoluta la cual hace referencia al número determinado de personas en cada territorio.
Se habla de densidad alta cuando en un territorio poco extenso habitan una gran cantidad de personas y de densidad baja cuando en un territorio muy amplio viven pocas personas.
A nivel mundial, el cálculo de la concentración de población se expresa mayoritariamente en kilómetros cuadrados aunque hay en algunos países como Estados Unidos se emplea de manera asidua la milla cuadrada como medida de superficie.
Actualmente, la densidad poblacional mundial alcanza casi los 6.900 millones de personas debido a un largo proceso de crecimiento que ha permitido la presencia de la humanidad en casi todos los lugares del planeta.
La densidad de la población y su distribución varía en cada zona debido principalmente a motivos culturales, naturales y socio económicos. La mayoría de la población mundial (82%) vive en países de desarrollo medio y bajo vinculados a la pobreza y 17 de cada 100 habitantes del planeta residen en países ricos y desarrollados.
El continente con mayor densidad de población mundial es Asia (60%), seguido por África (15%), el Continente Americano (13%) y Europa (10%). La concentración más baja se encuentra en Oceanía (0,5%).
Principalmente necesitamos dos datos para calcular la densidad de población que son: la extensión del áreaque podemos calcular consultando cartografías, documentos de planificación urbana, ortografías u imágenes aéreas.
El otro dato es el censo de población o número total de habitantes calculado principalmente a través de encuestas.
Partiendo de esos dos datos, existen numerosas maneras de llevar a cabo la medición. Algunas de ellas son:
Medir todos estos datos nos ayudan a entender que la mayor o menor cantidad de personas conviviendo en un mismo espacio tiene consecuencias a todos los niveles.
Así, una alta densidad de población conlleva un mayor gasto en las infraestructuras, dificultad de movilidad, conflictos raciales y religiosos, mayor riesgo de enfermedades o un encarecimiento del precio del suelo.
Por el contrario, una densidad baja de habitantes provoca una producción limitada de recursos, problemas en las comunicaciones, dificultad a la hora de generar empleo y una mayor indefensión ante catástrofes naturales.
Actualmente la densidad de la población está estrechamente vinculada a las grandes ciudades y sus actividades industriales y comerciales pudiéndose apreciar una tendencia progresiva de migración desde las zonas rurales hacia las urbanas.
El estudio de la distribución de la población es y será esencial para profundizar en el comportamiento individual de cada sociedad y su relación con el resto del mundo.
Población, extensión y densidad de las Comunidades Autónomas